lunes, 24 de febrero de 2014

#Culturiosidad22

¿Quién preparó la coreografía del mítico baile con la serpiente de Salma Hayek en Abierto Hasta el Amanecer?


"Robert, ¡¿dónde coño vas con ese bicho?!", es lo que le hubiera dicho yo a Robert Rodríguez si lo hubiese visto aparecer en el rodaje de su película con un pedazo de serpiente blanca de cuatro metros*. Lo que le hubiera respondido cuando me dijera que tenía que bailar con ella no lo puedo reproducir, por respeto a mi audiencia, pero que la madre y los ancestros de Rodríguez habrían sido mencionados, seguro. Pero no me lo dijo a mí, sino a la bella, sensual y fóbica a las serpientes Salma Hayek. La pobre tuvo que pensar que por qué no podría grabar la escena bailando con un cachorro de labrador, pero el muy listo de Robert al parecer se inventó que si no lo hacía ella, lo haría Madonna. Y dijo la Hayek: mira, déjate de tontunas, tráeme a la culebra. Cierto es que le costó meses de terapia para superar su miedo y poder rodarla, pero al final terminó haciéndose hasta amiga de la serpiente. Cuando, después de estar dispuesta a ello, le pidió al director que alguien se encargara de la coreografía, éste le respondió que él no tenía dinero para esas cosas, que era actriz y que improvisara. Y vaya si lo hizo. Pocas escenas del cine son tienen tanto erotismo y sensualidad. Pocas han sido tan patéticamente intentadas imitar en la intimidad (¿qué, vosotros no?)

Las bellas y sexys ganadoras de la noche son @sambellacrux, @piolinacolt y @khiranamislati. ¡El próximo baile a su salud!


*Invención absoluta de la longitud de la serpiente.

lunes, 17 de febrero de 2014

#Culturiosidad21

¿De dónde procede el nombre de Fanta?


Antes de descubrir de dónde proviene el nombre, deberíamos preguntarnos cuál es el origen de Fanta. Lo primero que la lógica nos sugiere es que alguien que, tras la creación de Coca-Cola en 1886, ya había encontrado qué echarle al ron, se preguntó entonces con qué tomarse el vodka (mi lógica funciona así, dejadme, soy tuitera). Pero no.
Durante la Segunda Guerra Mundial, la empresa productora de Coca-Cola en Alemania (GmbH) tenía una gran presencia e importancia en el país, siendo esa bebida una de las favoritas de los consumidores. Tras la declaración de la guerra por parte de los aliados, Estados Unidos declaró un embargo económico hacia Alemania, bloqueando la llegada a su territorio de muchos productos y materias primas, entre ellas el jarabe, la fórmula secreta de la Coca-Cola, que se enviaba desde el otro lado del charco. Max Keith, dirigente de la embotelladora alemana, viendo que iba a ser sacado del mercado su producto cuando se terminaran las existencias en 1941 y siendo como son los alemanes gente de recursos, decidió crear una nueva bebida utilizando ingredientes de los que sí pudieran disponer en la zona.
Para elegir el nombre, antes de su lanzamiento, Keith reunió a los empleados para que aportaran sus sugerencias y les pidió que dejaran volar su imaginación, su fantasía ("fantasie" en alemán), a lo que el iluminado de turno, Joe Knipp, un vendedor de la empresa, dijo "¡Fanta!", que fue el nombre elegido tras la votación.
Fanta tuvo un gran éxito y, una vez finalizada la guerra, en 1960, la empresa embotelladora volvió a formar parte de The Coca-Cola Company, que compró la marca y siguió comercializándola.
Y fijaos si dejaron volar su fantasie que existen más de 90 variedades de Fanta en el mundo, entre las que, además de nuestras conocidas de limón y naranja, se encuentran cosas como de melón, flores silvestres o aloe vera (que va a ser verdad que sirve para todo...)

¡Vencedoras de la noche @Sambellacrux y la fiel culturiosa @khiranamislati! ¡Olé!

miércoles, 12 de febrero de 2014

#11: Cumpleaños ¿feliz?

Es tu día, ¡naciste tú! ¿Por qué no es todo maravilloso?


Sin ningún motivo en particular (no tiene nada que ver que esté intentando colocar regalos en la estantería) me he puesto a pensar en los cumpleaños; no de un modo filosófico-transcendental-fraseenfotodefacebook, ni en lo que significan (tempus fugit, ubi sunt?, carpe diem, ya sabéis) sino en el día en sí, ¡el día de tu cumple! No importa que intentes ir de bohemio de la vida, de profundo, de "No, si es un día como otro cualquiera". ¡Mientes! En el fondo quieres que sea especial, todos lo queremos. Tener tus felicitaciones, tus besos, tus regalos, tu tarta, ¡TU TARTA! El problema es que no siempre es fácil porque, increíblemente, el día de tu cumpleaños no ha sido declarado como Día Internacional de Tu Persona, ¡con la de Días Internacionales de mierda que hay! Así que es posible que, a pesar de ser tu día, el día en el que deberías ser el rey (que por muy republicano que seas, ese día quieres que te llamen Majestad) te toque trabajar o cambiarle la tierra al gato o subirte en un autobús con garrulo escuchando reggaeton por los altavoces del móvil. Y que encima no puedas pegarle, porque el Código Penal no incluye ese regalo de cumpleaños como eximente de agresiones.
La semana pasada (como los muchos bonicos y bonicas que me felicitaron tuiteramente sabréis) fue mi cumple. Mi día especial. Mi día feliz... Bien, teniendo en cuenta que ese día tuve un examen y al siguiente tenía otro, quizá no tanto. Pero claro, con mi maldita manía de cumplir todos los años en pleno periodo de exámenes, llevo sin celebrar el día de mi cumpleaños en condiciones desde 1º de bachiller. Y es que mis padres no lo hicieron bien. Yo creo que no creyeron que llegaría a ser universitaria. Supongo que tuvieron la esperanza de que me metiera en una FP, que hoy es lo que da trabajo. Pero a la tonta le tuvo que dar por estudiar carrera (que luego la selección de personal de McDonal's es muy exigente) y así no hay forma.
Y es que hay fechas en las que, definitivamente, no debería nacer gente, porque te jodes el cumpleaños el resto de tu vida. Por eso, futuros papás, antes de poneros a procrear a lo loco, tomaos un momento para pensar en el futuro de vuestro hijo. Haced cuentas y si no toca, sacad La Metamorfosis de Kafka, que además de bajaros el deseo a los pies, hasta os puede purgar el estómago después de que lo vaciéis abrazados a la taza del váter.

Cuándo NO cumplir años:
  • Enero: Comenzar el año cumpliendo años es una caca. La Rata os lo confirmará. Para empezar, pierdes la perspectiva de que llegue tu cumpleaños: YA HA LLEGADO. Encima, cada vez que alguien te felicite, tú tienes que felicitarle de vuelta el año. Venga, hombre, ¡es tu día, no el suyo! La ventaja es que siempre caerá en festivo. La desventaja: que casi todo el mundo estará tan de resaca que quizá ni se despierte antes del 2 de enero. Aunque sin duda, uno de los peores días para nacer es el Día de Reyes. Vale, tú tienes tus regalos... ¡pero todos los demás también! Además, en relación al total de regalos anuales, recibes la mitad, porque la gente aprovechará lo de "Toma, esto por Reyes y tu cumple". Eso es una estafa, dónde está el Defensor del Pueblo para estas personas. Y para colmo de males, en enero ya le has visto las orejas al lobo y estás estudiando más horas de las que tiene el día. Con suerte, un par de exámenes amenizarán tu aniversario.
  • Febrero: Siguiendo con lo anterior, si naciste a principios de febrero, probablemente lo más especial que hagas el día de tu cumpleaños sea que uno de los cuatro cafés diarios que te metes te lo tomes delante de una tarta. Y eso CON SUERTE, porque como seas tú el repostero de la casa y el (infeliz) encargado de autohacerse el postre especial, puede que tu falta de tiempo te haga soplar las velas en un paquete de donettes o en un bizcocho marca Dia*. Después de las primeras semanas del mes, la cosa mejora. Lo mismo hasta lo celebras de carnaval, vestido de princesa, con una melena postiza que te llega por el ombligo y tu barba cerrada de rudo motero sureño. 
  • Marzo y abril: No tengo nada en contra de ellos. Empieza a mejorar el tiempo, los días son más largos y a lo mejor hasta puedes nacer el Día del Padre y ahorrarte todos los años un presente diciéndole que el mejor regalo que puedes hacerle eres tú.
  • Mayo y junio: Los meses de la agonía. La presión de los futuros exámenes vuelve a hacerse tu fiel compañera cuando estás estudiando, a los profesores se les empieza a acumular el trabajo, los padres ven cómo se acerca el final del cole, la sensación de que EL APOCALIPSIS SE APROXIMA invade el aire. Por otro lado, empieza el calorcillo y lo mismo eres un afortunado y tu día se libra de incómodos acontecimientos. Además, puedes nacer el 1 de mayo, que es festivo... aunque no sé por cuánto tiempo.
  • Julio y agosto: ¡Vacaciones! Es posible que en alguno de estos meses puedas disfrutar de tu permiso penitencia... de tus días libres de trabajo y puedas celebrar tu cumpleaños en la orilla de la playa, con cóckteles servidos en la cáscara de una piña y rodeado de los esculturales cuerpos de tus amigos y amigas. O puede que seas de Murcia interior, estés a 50º a la sombra y, tal y como te pasaba en el colegio, tus amigos estén de vacaciones... lejos de ti. Sin mencionar que al final de mes viene la depresión post-vacacional, los exámenes, la vuelta al cole, el final del sol y...
  • Septiembre.
  • Octubre y noviembre: Tampoco tengo nada en contra de ellos. Me caen bien. Me gusta el otoño. Se empieza a oler a manta y palomitas. Bien.
  • Diciembre: Hacer algo en diciembre que no esté relacionado con la Navidad es jugársela. Y si es cumplir años ni te cuento. Lo que quiere decir que si naciste en diciembre, las probabilidades de que tu cumpleaños coincida con A) una cena de empresa, B) una comida familiar, C) Nochebuena, D) Navidad, E) Nochevieja, F) otra comida familiar, G) sobras, H) etc, I) etc, son casi infinitas. Así que vas a pasar desapercibido y además te va a tocar ir a comprar regalos para los demás, que pueden estar más preocupados por el estado del marisco que por ti.
¡Y pensabais que tener hijos era tan sencillo como tener casa, trabajo estable, flexibilidad laboral y apoyo en tu entorno! ¡Ja! Principiantes. Así que, padres del mañana, os dejo una nueva consideración a tener en cuenta.
Y esto es lo que yo entiendo por planificación familiar.

*Realmente he tenido cumpleaños lamentables.

lunes, 10 de febrero de 2014

#Culturiosidad20

¿Qué "predijo" el libro Futilidad, o el naufragio del Titán de Morgan Robertson?


El oficial estadounidense de la Marina, Morgan Robertson escribió en 1898 una novela corta sobre el naufragio de un transatlántico de lujo tras chocar con un iceberg una noche durante su travesía oceánica. ¿Os suena? Podría haber sido oportunismo editorial: coja una tragedia, escriba una bonita historia relacionada con ella y fórrese. Hollywood lo hace cada dos por tres. Sí, podría haber sido eso si no fuera porque ése barco en el que todos estáis pensando se hundió 14 años después de que Robertson escribiese su obra.
Si el asunto no da el suficiente mal rollo, resulta que existen muchas más coincidencias entre el ficticio Titan y el desafortunado Titanic.
Para empezar, a ambos se les consideraba insumergibles (¡ah, el ser humano y su gradiosa bocaza!) y la más grande creación humana (ciertamente, así nos va). Los dos llevaban menos de la mitad de los botes salvavidas requeridos para su número de pasajeros (¡si era insumergible, pa' qué!), tenían unas características muy similares, además del mismo número de hélices y mástiles y los dos eran famosos por su lujo, ya que muchos de gran parte del pasaje eran acomodados millonarios.
Respecto al choque con el iceberg, tanto uno como otro impactaron poco antes de la medianoche, en un costado del buque y yendo a toda marcha, a una velocidad similar. Ambos se hundieron en abril y más de la mitad del pasaje murió en el naufragio.
Acojonante, ¿verdad? Es cierto que existen diferencias entre las historias, pero no dejan de ser escalofriantes las coincidencias. Por si fuera poco, Robertson también escribió en 1914 una historia sobre una futura guerra entre Estados Unidos y Japón en la que se menciona un ataque sorpresa de éstos en territorio americano... Y luego la gente flipando en colores con el Pulpo Paul.

Hoy, a una velocidad superior a la luz, el señor @Edu_ud, seguido de cerca por lady @khiranamislati.https://twitter.com/khiranamislati ¡Vuestra es la gloria, pequeños!