lunes, 4 de enero de 2016

#Culturiosidad61

¿Cuánto tardaron las legiones de Julio César en construir el puente sobre el Rin?


¿Recuerdas esa pequeña reforma en el cuarto de baño que por fin te animaste a hacer el verano pasado? ¿Que sólo era quitar un par de azulejos, cambiar el pie de ducha y poner un armarito nuevo? ¿Que te dijo el albañil que en una semana estaba hecho, que luego resultó que la tubería tenía un problema, que quién te había hecho esa instalación tan chapucera, que entonces vinieron las vacaciones y al final terminaron el octubre? Todas esas incómodas molestias te las podrías haber ahorrado si hubieses contratado mano de obra romana. Rápida, eficaz y con garantía de milenios en sus construcciones. Porque los romanos tenían sus cosillas, con sus crucifixiones, sus conquistas exterminadoras y sus circos de dudosa interpretación de los derechos humanos, pero hay que reconocerles que en cuanto a ingeniería civil y Derecho privado apenas hemos conseguido superar lo que ellos ya nos dejaron hecho.


Si a los medios de la sociedad más desarrollada de la Antigüedad le añades un tipo como Julio César, con un par más grande que su imperio, salen hazañas como la del puente sobre el Rin. Para ponernos en contexto histórico brevemente: siglo I a.C., las Galias y media Europa siendo conquistadas por la todopoderosa Roma con medios más o menos diplomáticos según se terciara el día; haciendo de frontera natural entre los no tan irreductibles galos y los bárbaros germanos, el imponente Rin. Y entre las tribus germánicas, también gresca. Ahí estaban los suevos azuzando a las demás, que si fuera de aquí, que si este camping es nuestro, que si os buscáis la vida cruzando el río. Los pobres germanos intentando que no, que en la otra orilla está el romano chato con mala leche. Los suevos que tararí, que no era problema suyo. Total, que los germanos más débiles se ven forzados a meterse en territorio romano y alterar el orden establecido. Los galos diciéndole a César que coño, ya que los conquista, mantenga la paz y no deje que se les cuelen los vikingos en el jardín. Éste intenta que mandar educadamente a los bárbaros a su casa pero ellos se hacen los remolones. Así que a César se le acaba hinchando la vena de la frente, cagándose en Júpiter y los demás dioses y dirigiendo a su ejército al lugar del conflicto. Unos 32.000 legionarios, sandalia arriba, sandalia abajo. Un germano al agua, otro con medio palmo de espada saliendo entre el costillar, uno que ve el panorama y le dice a Julio que el viento del norte le viene muy bien al cutis... y más pronto que tarde, entre ahogados, matados y rendidos quedaba el problema de los bárbaros a esta orilla solucionado. Pero claro, al otro lado estaban los otros saludando y pensando "Ya te irás, ya".

Pero César, hábil estratega, antes de marcharse dijo "Os vais a cagar". Y mandó construir un puente para pasar a decir hola a la otra orilla. Diez días tardaron los romanos en construir un puente que Calatrava habría hecho en cinco años, doblando el presupuesto siete veces y además resbalando. Y no cualquier puente sino uno robusto y fijo en el fondo de río mientras los germanos desde su lado se hacían visera con una mano y pensaban "¿Qué narices...?". Finalizado el puente en tiempo récord, César realizó por él un paseo militar con sus tropas, cruzó el río, se tocó el paquete mirando a los bárbaros indicando "¡Aquí están mis cojones romanos!", se dio media vuelta, volvió a la orilla gala y mandó desmantelar el puente para que no fuera utilizado por sus enemigos, dejando a los suevos y demás vecinos con tres palmos de narices.

El que es más eficaz que los romanos es @condedegondomar, seguido no muy de lejos por los legionarios @quetontosois, @laratamarilla y @GafotasGafotas. ¡Enhorabuenum! (perdón)

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