lunes, 6 de octubre de 2014

#Culturiosidad40:

¿Cómo murió el dramaturgo griego Esquilo?


Sí, está mal reírse de la muerte de alguien, aunque como la mayoría sois tuiteros, tendréis más que superado el tema humor-negro/muerte-ajena. Además, todo esto pasó mucho antes de que vosotros naciérais (a no ser que seas Jordi Hurtado y estés leyendo mi blog. Si es así: Jordi, admiro tu trabajo y tu cutis). 

Lo que pasa es que la muerte del fundador de la tragedia griega no sólo fue ridícula sino también irónica. Lo típico que te gustaría ocultar a los ojos de la Historia para evitar el bochorno póstumo, pero la historia es muy maruja y se entera de todo. 

Resulta que hace unos 2.500 años, año arriba, año abajo, cuando sucedió esta curiosa historia, no existía el teléfono de Esperanza Gracia, ni de Rapel ni de otros grandes de la adivinación y la lectura del futuro, como afortunadamente tenemos ahora, pero la gente gustaba de hacer excursiones al famoso oráculo de Delfos para conocer su porvenir. Esquilo, famoso por escribir en sus obras sobre el Destino, inevitable, que no podía ser evadido por sus protagonistas y que estaba incluso por encima de los poderes divinos, no iba a ser menos y también visitó al oráculo para preguntar cómo se iba a dar la cosa (aunque lo preguntaría más fino). El pobre no recibió la respuesta que hubiera podido desear: Morirás aplastado por una casa, fue el pronostico.

Pero Esquilo no se dejó intimidar por una previsión tan poco halagüeña y decidió que a grandes males /futuros), grandes remedios, por lo que abandonó la ciudad y se trasladó a vivir al campo, donde estuviera alejado de las numerosas y potencialmente mortales construcciones de la urbe. Fue allí donde, dando un paseo al aire libre e inofensivo, le sobrevino la muerte en forma de caparazonazo de tortuga: un quebrantahuesos había capturado tan suculenta presa pero inaccesible cual pistacho cerrado y buscaba una roca contra la que dejarla caer para romper la "cáscara" y poder darse un festín. Lo trágico es que la roca que el ave eligió no era tal, sino la calva cabeza de Esquilo que, como sus protagonistas, no pudo escapar de su destino y murió aplastado por una casa. Aunque fuera la de una tortuga.

¡Los que parece que siguen teniendo la cabeza en su sitio son @khiranamislati y @xerguio! ¡Enhorabuena!

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