martes, 17 de septiembre de 2013

#Culturiosidad01

¿Para qué servían las plumas de ave en las bacanales romanas?

Nos creemos que hemos asistido a un fiestorro porque hemos ido a asar costillas en la lumbre en la casa de campo de uno de nuestros amigos y hemos estado comiendo y bebiendo desde la una del mediodía. ¡JA! Aficionados. En esto los amos eran los romanos, que puede que de otra cosa no entendieran, pero de leyes, guerras, bacanales y orgías sabían un rato. Así que, en vez de hacer como nosotros, pobres contemporáneos amariquitados, que después del café y la bandeja de dulces vamos desesperados en busca de un sofá donde poder reposar nuestros restos mortales, los antiguos y sabios romanos se introducían por la garganta una pluma de ave que le provocaran arcadas para vomitar y seguir poniéndose morados hasta reventar el pellejo. Probablemente terminarían su jornada de banquete con algún que otro revolcón con los invitados y esclavos de turno, cosa que me imagino que tampoco hacéis vosotros en el campo de vuestro amigo Manolo.
Ay, qué tiempos aquellos...

El más rápido (de hecho el único) en responder correctamente en twitter ha sido @laratamarilla. ¡Enhorabuena! Premio no hay, pero ¿y la gloria?

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