lunes, 23 de septiembre de 2013

#Culturiosidad04

¿Cuál fue la clave para descifrar los jeroglíficos egipcios?

"¿Y todos estos dibujitos?" debieron pensar generaciones enteras de conquistadores y viajeros al pasear sus sorprendidas miradas por entre las maravillas del Antiguo Egipto. "Normal que los romanos hicieran provincia a Egipto, si se pasaban el día haciendo grafittis". Y es que hasta el siglo XIX los jeroglíficos eran para occidente poco más que ojo-pájaro-pájaro-pluma-señordeperfil*. Sabíamos que algo querían decir, pero el qué se nos escapaba y hacía mucho de aquellos tiempos como para preguntarle a algún lugareño sobre el significado de todas aquellas inscripciones.
Pero al iniciarse el citado siglo, entre los rifirafes franco-británicos que tenían lugar allá por tierras del Nilo, apareció lo que hoy se conoce como la Piedra de Rosetta, un fragmento de una estela egipcia en la que se encontraba inscrito un decreto del siglo II a. C. en tres formas de escritura distintas: jeroglíficos egipcios, demótico y griego antiguo. 
El hecho de que el texto escrito en cada una de esos tipos de escritura fuera básicamente el mismo posibilitó que, tras ponerse como locos de contento todos los museólogos y eruditos de la época, en 1822, Jean-François Champollion anunciara con orgullo y satisfacción haber descifrado el misterio de los jeroglíficos egipcios.

¡Y el ganador tuiterillo de esta semana ha sido @ffunness! ¡Muy bien, caballero!

*Los fans de los Simpsons sabrán que este broma no es mía...

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