lunes, 28 de marzo de 2016

#Culturiosidad70

¿Quién fue el quinto miembro de Pink Floyd en la grabación de la canción Seamus, del álbum Meddle?

El arte no entiende de edades, razas, sexos o... especies. Al menos eso es lo que debió pensar David Gilmour (el que debió ser mi marido si hubiera yo nacido en otro tiempo y otro país, pero bueno, eso son cosas de mi frustrante existencia que igual tampoco os importan demasiado), cantante, guitarrista de los increíbles Pink Floyd y poseedor de una seductora melena allá en 1971, cuando su amigo Steve Marriott le dejó al cuidado de su perro Seamus. Además de agradable compañía, resultó que la simpática mascota tenía oído musical (más de lo que se puede decir de las estrellas del pop de ahora) y cada vez que escuchaba una canción o a alguien tocando la guitarra, seguía el ritmo con sus ladridos y aullidos. Aprovechando esta notable cualidad, a Gilmour le pareció buena idea ofrecerle una colaboración con el grupo en la grabación de la canción del mismo nombre que incluyeron en el álbum Meddle

La carrera musical de Seamus empezó tres años antes, colaborando con el grupo de su amo, Small Faces.

¡Quien forma parte del muy genial grupo de culturiosos ha sido @Quetontosois!

lunes, 14 de marzo de 2016

#Culturiosidad69


¿Con qué nació Napoleón que no es habitual en los recién nacidos?


Algunos responderán que con un imperio debajo del brazo, pero no, eso fue después, cuando creció. Bueno, "creció". Fue cumpliendo años, más bien. La cuestión es que lo que el Petit Cabrón, como lo llamaba Reverte en La sombra del águila, nació con una hermosa ristra de dientes que podría haberle arrancao el brazo al médico que lo trajera al mundo. Debió marcarle lo de venir con dentadura de serie, ya que a lo largo de su vida dedicó un exhaustivo y exquisito cuidado a sus piezas dentales, que eran grandemente alabadas por quienes las contemplaban. Los envidiosos dirán que porque era el amo del mundo, pero vaya, que tenía una sonrisa bonita el muy bribón.

Quienes también han debido sonreír al ver que acertaban han sido el rápido @laratamarilla, con las hermosas @PiolinaColt y @Naar_Blog. ¡SONRÍAN!

lunes, 7 de marzo de 2016

#Culturiosidad68:

¿Quién fue conocido como el rey que comió hasta morir?


A todos se nos ha ido de las manos alguna vez. Picoteao por aquí, prueba esto por allá, ponme otro montadito de eso de antes, venga, un hueco más hago... Quién no se ha juntado en alguna ocasión con esos primos con los que empiezas a comer a media mañana y la única premisa para parar es hasta que llegue la primera ambulancia. Quién no se ha ido alguna vez a comer como si no hubiera un nuevo amanecer.

Señores, la gula es un pecado mortal y hay casos en los que lo de "mortal" cobra su sentido más literal. Tal fue el de Adolfo Federico de Suecia, rey que llevó a su país a los más bajos índices de influencia de su historia y tan débil que el parlamento llegó a hacer una copia del sello real para aprobar las leyes por su cuenta cuando el monarca negaba su consentimiento. Al buen y amable Adolf Fredrik no se le daba demasiado bien lo de gobernar pero sí el buen vivir (lo cual es muy de poderosos...), hasta que el 12 de febrero de 1771, a sus 61 años, se celebró un gran banquete en el que el rey debió pensar "¡A la porra el Naturhouse, un día es un día!" y decidió desmelenarse. El muy ansias tomó langosta, caviar, chucrut, ciervo ahumado, ingentes cantidades de champagne (todo lo que puede encontrarse en mi cocina un día cualquiera) y no una, ni dos, ni tres sino catorce raciones de su postre favorito, semia en leche caliente.

Después de esa cena ligera, POR LO QUE SEA Adolfo Federico se encontró mal al retirarse a sus aposentos y murió por graves problemas intestinales.

Los que han digerido muy bien la pregunta han sido @Green_dyolF, @pratelly, @Quetontosois, @laratamarilla y @extuitera. Bon apetit!

lunes, 22 de febrero de 2016

Culturiosidad67

¿Qué fue el teatrófono?


Lo he dicho muchas veces: qué maravilla esto del interné. Si no de qué íbamos a estar todos aquí reunidos en un blog tan exquisitamente diseñado, con nuestros pijamas de venir a las Culturiosidades, estando uno en Madrid, otra en Barcelona, otra en Madrid, otra en Pamplona, otro en Madrid... (¡¿Estáis todos en Madrid, malditos?!). La cuestión es que ya nos hemos acostumbrado a que esto sea así y que todo lo que deseamos esté a sólo unos clics de nosotros (Bueno, los abrazos no. Qué pasa, tengo mi corazoncito, Bah.), por lo que nos cuesta imaginar un mundo sin ese acceso infinito a todo. Que queremos ver la entrega de los Globos de Oro en California desde Albacete, pues los ponemos en streaming o en diferido en alguna web; que queremos escuchar algo de la radio, la sintonizamos online o buscamos el podcast; que nos apetece ver una peli, nos la descargBUSCAMOS EN FNAC EL DVD. Pero antes, en el periodo oscuro y tenebroso que precede a la época internáutica, no era así.

Me remonto al siglo XIX, cuando ni siquiera había televisión (música de terror, gritos, violines estridentes). Si queríamos ver un espectáculo, nos desplazábamos al teatro, la ópera, el auditorio o lo que fuera y nos veíamos obligado a mover nuestro aplanado trasero del sofá (que igual son costumbres que deberíamos recuperar, lo lanzo como idea). Fue a finales de siglo, en 1881, cuando un francés llamado Clément Ader, tuvo una idea: inventó algo a lo que denominó Théâtrophone, que consistía en un servicio de emisión, por vía telefónica, de espectáculos teatrales y operísticos a sus suscriptores. De esta forma, podían asistir a los eventos culturales cómodamente desde sus burguesas chaise longue sin tener que pasar, además, por el incómodo trance de tener que socializar antes, durante los intermedios y después, con sus tediosos semejantes.

Las que casi siempre asisten a tiempo a la Culturiosidad aunque no estén suscritas al teatrófono son @Quetontosois y @Naar_Blog. Très bien!

lunes, 15 de febrero de 2016

#Culturiosidad66


¿Qué era conocido por los graciosillos como el harén de Pickering?


Warning: Lo que viene siendo la Culturiosidad está al final de una reflexión sobre el mundo y el HETEROPATRIARCADO OPRESOR que igual es un poco divagar y tampoco os interesa una porra, pero el blog es mío y juego con él como quiero No se devuelve el dinero, lo siento.

Supongo que no siempre fue así. En algún momento, cuando aún éramos alegres monetes saltando de rama en rama por las praderas de África, nadie diría qué podía hacer cada uno dependiendo de si era mono o mona. Las monas podían parir a otros monos, los monos podían hacer pis erguidos y competir por quién le acertaba al guepardo en los ojos desde más lejos, eso sí; pero no eran más que las diferencias de las que Mamá Naturaleza decidió dotarnos para hacerlo todo más complicado e interesante. Sin embargo, luego evolucionamos. Bueno, evolucionamos... Tal vez eso sea demasiado optimista. Digamos que empezamos a ir de un sitio a otro sobre dos patas y se nos empezó a dar bien hacer cosas con palos. Lo que sea. En algún momento, no se sabe exactamente cuándo, algo se torció. Lo de la división de tareas no estaba mal, tenía cierta lógica. Pero de pronto había una jerarquía en la que las mujeres (las que daban vida, las que aguantaban el dolor y sobrevivían, las que criaban a los demás) estaban por debajo y ya no podían hacer ciertas cosas, no porque la Naturaleza se lo impidiera, sino porque los demás seres humanos habían decidido que no porque eran mujeres. "Pero oiga, ¿cómo que no puedo salir de la cueva sola?" "¿Qué me cubra el pelo, con lo bonito que se me ha quedado?" "¿Por qué dices que no puedo ser carpintera?" "¿Que por culpa de que una mujer se comió una manzana se condenó a toda la human...? ¡¿PERDONE?!" Y así es como, no se sabe muy bien cómo en realidad, se nos prohibió hacer unas cosas, se nos impuso hacer otras y a día de hoy, cuando casi podemos ver atacar naves en llamas más allá de Orión, todavía tenemos que dejarnos los ovarios luchando para explicar que, básicamente, podemos hacer lo que nos salga de los mismos, como ellos y que lo único que lo impide son las limitaciones personales de cada cuál, con independencia de qué le cuelgue o no entre las piernas.

A las mujeres se les dijo que no podían pensar, no podían brillar intelectualmente, no podían mirar a las estrellas...

------------------[Inserte aquí abajo su Culturiosidad... de una puñetera vez]--------------------

Así es como llegamos al siglo XIX, en un Harvard dominado por los hombres. No es que no hubiera mujeres que estudiaran. A lo largo de la historia siempre hubo mujeres que destacaron en los diferentes campos del saber, pero se habla de ellas como excepciones. Por cada una que lograba abrirse paso a través de todo tipo de dificultades (y hogueras) para acceder al mundo intelectual, 200 se quedaban en casa criando a sus hijos, que era lo que tenían que hacer, claro. Entonces, cuando en la década de 1880 el director del Observatorio de Harvard, Edward C. Pickering, decidió reemprender el proyecto de catalogación de las estrellas de Henry Draper y contrató para ello a un grupo de mujeres, muchas de ellas con titulación superior, en los círculos de la universidad se las llamó jocosamente el harén de Piclering, porque claro, eran mujeres, qué otra cosa iban a ser. Sin embargo, estas mujeres astrónomas realizaron algunos descubrimientos importantísimos en su campo, mucho más allá de la mera labor de clasificación para las que fueron inicialmente contratadas demostrando, una vez más que lo de poner impedimentos a alguien por el simple hecho de ser mujer es una soberanísima gilipollez.

Enhorabuena a los culturiosos @Quetontosois, @laratamarilla y @Naar_Blog :)

lunes, 1 de febrero de 2016

#Culturiosidad65

¿Qué es un gusano musical?


Si necesita' reggaeton, dale. Sigue bailando, mami, no pareh... Y ahí estás tú, con tus entradas de los conciertos de AC/DC, Bruce Springsteen y Uriah Heep colgadas en el corcho de tu habitación y con esa pedazo de mierda, absolutamente incalificable como música, metida en la cabeza. En bucle infinito e imparable. Te das cuenta del alcance como arma de autodestrucción que tiene tu propio cerebro mientras piensas que vamo' a pegalnoh como animaleh y escribes tu nota de suicidio.

Ese fenómeno, que además (por ese extraño sentido del humor que tiene la hija de puta de la vida) no se suele dar con tu canción favorita o con cualquier otra que no haga que desees tu muerte o la del resto de la humanidad, es conocido como gusano musical. Los expertos, que son unos señores que saben mucho de todo de los que se habla constantemente pero nunca nadie ha visto, como los Reyes Magos o un futuro prometedor, explican ésta pequeña broma cerebral como un mecanismo de nuestra cabecita, a la que le gusta la repetición, por lo que las melodías sencillas son más fáciles de recordar y pegarse (de ahí que sea más complicado que se te meta un riff de Ritchie Blackmore que un truño de Quien Sea ft. Pitbull). A eso hay que sumarle la sobreexposición musical a la que nos vemos sometidos con sólo vivir fuera de una cueva, por lo que las posibilidades de que te persiga una canción que jamás habrías escuchado por voluntad propia aumentan espeluznantemente.

¡Mucha participación tunait! ¡Enhorabuena a @Kyol, @Quetontosois, @pratelly, @laratamarilla, @Niladynimedia y @DarthFurby!
Si necesitah culturiosidad, dale...

lunes, 25 de enero de 2016

#Culturiosidad64

¿Qué profesor del Loughton College, de Essex, se convirtió en uno de los rockeros más famosos del mundo?


Cuando alguien me pregunta dónde me veo dentro de unos años, mi reacción oscila entre hacerme la muerta y echarme a llorar en un rincón. Pues oiga, no tengo ni idea de lo que ocurrirá pasado mañana, imagine en unos años. Deje de agobiar. Y traiga ese donut de chocolate acá, que me hace falta. Es que resulta, como yo y mi post favorito de @Naar_Blog siempre decimos, que la vida da muchas vueltas. A veces, más que eso: centrifuga. No importa dónde te encuentres hoy, no tiene que ser el mismo punto que mañana, especialmente si no quieres. Porque vale, hacer lo que uno desea y le hace feliz no siempre es fácil, no siempre da de comer y no siempre se consigue de forma rápida. Uno se suele ver obligado a hacer muchas cosas que no le apetecen de por medio y a veces se pierde la ilusión de llegar a la meta que nos habíamos fijado. También puede que no tengamos claro a la meta a la que queremos dirigirnos y estemos gran parte del tiempo dando tumbos sin saber hacia dónde. Y te pasas los días preguntándote si esto tendrá sentido hasta que un día se te aparece la Virgen y te chiva "Por ahí ---->"

Todo este rollo Mr. Wonderful que os acabo de soltar y que me cuesta creerme en los días malos pero en el que, en el fondo, tengo algo de fe, viene para que os deis  cuenta de cómo las situaciones son variables y pasajeras y cómo ese trabajo que te tiene atrapado y amargado no tiene por qué ser el agujero definitivo, sino una mera etapa de transición hasta que la inspiración, las ganas y la oportunidad se combinen a tu favor.

Algo así debía repetirse Sir Mark Knopfler cuando, al trasladarse a Londres persiguiendo su sueño de vivir de la música, tuvo que aceptar un puesto de profesor en el Lougton College, de Essex. Que sí, que dar clase no es picar piedra, pero no es lo que quería. Sin embargo, las dificultades económicas y la fea costumbre de comer todos los días que tenemos los seres humanos primermundistas le obligaron a dar clase, aprovechando su licenciatura en Literatura Inglesa, y abandonar por el momento sus perspectivas musicales. Sin embargo, aprovecha las amistades que hace donde enseña para formar un gupete musical con ellas y tocar en algunos pubs, por lo que pudo seguir en contacto con su idea inicial y de esta forma fue recalculando la ruta por la que más tarde dirigió su vida.

Hoy han rockandrolleado @pratelly, @Quetontosois y @Naar_Blog- Yeah!

lunes, 18 de enero de 2016

#Culturiosidad63

¿Cuántas veces aparece la letra "e" en la novela "Gadsby", de Ernest Vincent Wright?


Ninguna. Más de 50.000 palabras y ni una sola "e", que además es la letra más frecuente del inglés.
Para cagarse.

¡Enhorabuena a @Green_dyolF, @Quetontosois, @laratamarilla y @khiranamislati!

lunes, 11 de enero de 2016

#Culturiosidad62

¿Cuál fue el primer sitio web de internet?


Imagino la sorpresa de algunos al descubrir que antes de YouPorn existía algo en la red. Efectivamente, estamos demasiado habituados a internet tal y como lo conocemos, con sus innumerables gifs de gatos, su gente indignada en twitter o su infinito stock de información, estupideces inútiles y tutoriales de YouTube. Pero hubo una época oscura, casi borrada del recuerdo, en la que los trabajos de clase se salvaban con la Larousse o, más adelante, con la Encarta (¡¿Os acordáis de la Encarta, con sus conseguidos paseos 3D por los grandes monumentos de la Antigüedad y su versión de varios discos, para los más pro?!); un periodo en que los jóvenes (y no tan jóvenes) tenían que recurrir a las revistas de dudoso contenido moral escondidas bajo el colchón para alimentar su imaginación al darse cariñito (sí, acabo de describirlo así, lo mío es llevar el cuquismo hasta límites insospechados); en la que para saber de la vida de tus amigos tenías que (cuidao con esto) LLAMARLOS o QUEDAR CON ELLOS. Afortunadamente, esos horribles años pasaron a la historia y ahora si quieres hacer una tesis doctoral, te la descargas en dos clics, el amor propio puedes estimularlo viendo cualquier tipo de perversión que se te ocurra al momento y a tus mejores amigos les puedes transmitir que los quieres con un gif felino sin necesidad de tener que aguantar que te cuenten sus vidas.

Sin embargo, antes todo esto era campo, hasta que en 1991 apareció http://info.cern.ch, la primera web del inmenso universo internet y su función no era otra que informar de lo que se empezaba a gestar. Qué era eso de la World Wide Web, nacida el 6 de agosto de ese año. Fue entonces cuando el físico Tim Berners-Lee, a sus saludables 36 años, publicó el primer sitio web de la historia. En el contexto del CERN (Organización Europea para la Investigación Nuclear) para la que Berners-Lee trabajaba, informaba sobre el proyecto WWW e informaba a los visitantes sobre aspectos como el hipertexto, cómo crear sus propias webs o cómo buscar información en la misma web.

¡Mucho ganador esta noche! @pratelly, @Quetontosois, @Green_dyolF, @Naaar_Blog, @PiolinaColt, @laratamarilla

lunes, 4 de enero de 2016

#Culturiosidad61

¿Cuánto tardaron las legiones de Julio César en construir el puente sobre el Rin?


¿Recuerdas esa pequeña reforma en el cuarto de baño que por fin te animaste a hacer el verano pasado? ¿Que sólo era quitar un par de azulejos, cambiar el pie de ducha y poner un armarito nuevo? ¿Que te dijo el albañil que en una semana estaba hecho, que luego resultó que la tubería tenía un problema, que quién te había hecho esa instalación tan chapucera, que entonces vinieron las vacaciones y al final terminaron el octubre? Todas esas incómodas molestias te las podrías haber ahorrado si hubieses contratado mano de obra romana. Rápida, eficaz y con garantía de milenios en sus construcciones. Porque los romanos tenían sus cosillas, con sus crucifixiones, sus conquistas exterminadoras y sus circos de dudosa interpretación de los derechos humanos, pero hay que reconocerles que en cuanto a ingeniería civil y Derecho privado apenas hemos conseguido superar lo que ellos ya nos dejaron hecho.


Si a los medios de la sociedad más desarrollada de la Antigüedad le añades un tipo como Julio César, con un par más grande que su imperio, salen hazañas como la del puente sobre el Rin. Para ponernos en contexto histórico brevemente: siglo I a.C., las Galias y media Europa siendo conquistadas por la todopoderosa Roma con medios más o menos diplomáticos según se terciara el día; haciendo de frontera natural entre los no tan irreductibles galos y los bárbaros germanos, el imponente Rin. Y entre las tribus germánicas, también gresca. Ahí estaban los suevos azuzando a las demás, que si fuera de aquí, que si este camping es nuestro, que si os buscáis la vida cruzando el río. Los pobres germanos intentando que no, que en la otra orilla está el romano chato con mala leche. Los suevos que tararí, que no era problema suyo. Total, que los germanos más débiles se ven forzados a meterse en territorio romano y alterar el orden establecido. Los galos diciéndole a César que coño, ya que los conquista, mantenga la paz y no deje que se les cuelen los vikingos en el jardín. Éste intenta que mandar educadamente a los bárbaros a su casa pero ellos se hacen los remolones. Así que a César se le acaba hinchando la vena de la frente, cagándose en Júpiter y los demás dioses y dirigiendo a su ejército al lugar del conflicto. Unos 32.000 legionarios, sandalia arriba, sandalia abajo. Un germano al agua, otro con medio palmo de espada saliendo entre el costillar, uno que ve el panorama y le dice a Julio que el viento del norte le viene muy bien al cutis... y más pronto que tarde, entre ahogados, matados y rendidos quedaba el problema de los bárbaros a esta orilla solucionado. Pero claro, al otro lado estaban los otros saludando y pensando "Ya te irás, ya".

Pero César, hábil estratega, antes de marcharse dijo "Os vais a cagar". Y mandó construir un puente para pasar a decir hola a la otra orilla. Diez días tardaron los romanos en construir un puente que Calatrava habría hecho en cinco años, doblando el presupuesto siete veces y además resbalando. Y no cualquier puente sino uno robusto y fijo en el fondo de río mientras los germanos desde su lado se hacían visera con una mano y pensaban "¿Qué narices...?". Finalizado el puente en tiempo récord, César realizó por él un paseo militar con sus tropas, cruzó el río, se tocó el paquete mirando a los bárbaros indicando "¡Aquí están mis cojones romanos!", se dio media vuelta, volvió a la orilla gala y mandó desmantelar el puente para que no fuera utilizado por sus enemigos, dejando a los suevos y demás vecinos con tres palmos de narices.

El que es más eficaz que los romanos es @condedegondomar, seguido no muy de lejos por los legionarios @quetontosois, @laratamarilla y @GafotasGafotas. ¡Enhorabuenum! (perdón)