¿Cuánto duró y cuántos álbumes sacó el supergrupo Blind Faith?
Quizá habría que empezar por definir el concepto supergrupo. En un lugar maravilloso como España probablemente se consideraría tal la alegre mezcolanza de Dani Martín, Fran Perea (¿os acordáis de Fran Perea?), Amaia Montero y Pablo Alborán en un mismo estudio de grabación (mmm... Un blanco fácil... ¡Oh, vaya, que esto es público!) haciendo versiones almibaradas de truños musicales pretéritos. Afortunadamente, hay vida más allá de nuestras salvajes fronteras y en tierras más prósperas y menos bárbaras, el término adquiere otro significado. Así, en lugares como Gran Bretaña o Estados Unidos, supergrupo es aquél formado por ex-miembros de GRUPOS DEL COPÓN, músicos jodidamente buenos por su cuenta que un día se juntan (el típico domingo sin planes) y deciden emprender un proyecto conjunto.
Éste fue el caso de Blind Faith, allá por el alegre 1969. Compuesto ni más ni menos que por Eric Clapton (que venía de Cream -otro supergrupo- y The Yardbirds), Stevie Winwood (de The Spencer Davis Group y Traffic), Ginger Baker (Graham Bond Organisation y Cream) y Ric Grech (de Family), Blind Faith nació en parte del cansancio de sus miembros de sus respectivos grupos anteriores. No les dio mucho tiempo entonces a cansarse de su nueva banda, ya que duraron algo menos de un año y sacaron un sólo disco (que tampoco hay que herniarse), Blind Faith, como si fueran efímeras estrellas del pop, con la sutil, sutilísima diferencia de que el álbum que dejaron es una joya de la música con canciones, como Presence of the Lord o Can't find my way home, que muy difícilmente podrían ser compuestas hoy.
Éste fue el caso de Blind Faith, allá por el alegre 1969. Compuesto ni más ni menos que por Eric Clapton (que venía de Cream -otro supergrupo- y The Yardbirds), Stevie Winwood (de The Spencer Davis Group y Traffic), Ginger Baker (Graham Bond Organisation y Cream) y Ric Grech (de Family), Blind Faith nació en parte del cansancio de sus miembros de sus respectivos grupos anteriores. No les dio mucho tiempo entonces a cansarse de su nueva banda, ya que duraron algo menos de un año y sacaron un sólo disco (que tampoco hay que herniarse), Blind Faith, como si fueran efímeras estrellas del pop, con la sutil, sutilísima diferencia de que el álbum que dejaron es una joya de la música con canciones, como Presence of the Lord o Can't find my way home, que muy difícilmente podrían ser compuestas hoy.
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